Un viaje a la Tierra de Nunca Jamás...

Nos juntamos, supuestamente para que ella me pasará un encargo que me había prometido, y me explicará un poco acerca de los doce poderes de mi triangulo esotérico en la mano. Pero era eso y nada más. Pascualina se esmeró en explicarme todo lo que ella “recordaba” de las piedras mágicas ya que olvidó en su otra escoba los papiros con la información necesaria para manipular esas rocas. Cuando ya habíamos terminado todo el intercambio de información (que no fue del todo completo), y todo lo que debíamos hacer, nos dispusimos a ir a comer un helado para cerrar una tarde bastante entretenida.
En eso, Pascualina revolvía las cosas de su bolso mágico (tal y cual Felix el Gato), y salió de ahí un libro infantil conocido por todos, y que justo yo deseaba leer... “Papeclucho: Soy Dix Leso”

- UHHHHH!... que wena!... justo yo lo quería leer, pero el duende Lucho me lo pidió y me perdió unas
paginas-
- Pero deja terminarlo y te lo paso... lo que pasa es que lo estoy traduciendo pa’ que los goblins lo puedan leer.. cachai?-
- ...¿?... ... ... ... En fin, ¿leamos ahora?. Yo leo y tu me escuchas.
- Ya!. Interesante, estoy más acostumbrada a la telepatía, pero creo que funcionaría
- ...¿?... En fin... Donde quedaste?

Hay veces que Pascualina dice cosas muy raras que yo no entiendo, o habla de gente que yo no conozco, con un tono como insinuando que sí los conozco, pero yo la miro un rato con cara de desconcertado, y continuo hablando.
Era bastante emocionante la idea de leerle en voz alta a alguien!, da la posibilidad de jugar al actor o al radio teatro, dos cosas que son muy, muy, pero muy divertidas. Así que no era problema para mi, por lo que comencé con mi lectura...
Es un libro bastante divertido, y a mi me daba gusto ver a Pascualina reír a carcajadas, cada vez que le sucedía algo al pobre niño, o cada vez que me tocaba interpretar una voz por radio. La miraba entre frases, y ella tenía una vista concentrada sobre mi cabeza, que de vez en vez me ponía nervioso y trababa las palabras, las pronunciaba mal, o simplemente me equivocaba. Nunca nadie, creo, me había puesto tanta atención como ella ese día. Era como una gran audiencia disfrutando de mi presentación, juro que así me sentí, y me encantó!...
De pronto, el lugar se comenzó a llenar de gente pequeña, que dudosa se acercaba para examinar que era lo que hacíamos yo y Pascualina bajo el Sauce Feliz. Algunos se acercaban y comentaba “Que raros son, por que no usaran la telepatía?”, “Al parecer son pareja”, u otros simplemente se paraban frente a nosotros, juntaban sus manos en su espalda, separaban sus pies y juntaban sus rodillas,, y se quedaban en esa posición observándonos, analizándonos. Pascualina me comentó: “Me encanta la gente pequeña, son tan metidos como yo... y mira siempre andan activos”. Claro la gente pequeña es conocida por que se vé corriendo hacía todos lados, sin lugar fijo que ir o cosa específica que hacer, simplemente actúan, tal vez por eso Pascualina los encuentre tan interesantes, aunque es dificl captar su atención a ratos. En Fin.
Cuando comencé a leer, jamás pensé en terminar el libro completo, sino adelantar un poco en lo que Pascualina ya llevaba leído. Pero no, yo no pude parar de leer, y Pascualina no pudo parar de escuchar... así pasaron líneas, párrafos, páginas y capítulos, hasta el final del libro.Fue muy agradable, y el gran cierre fue un helado muy rico de piña, que más puede pedir alguien. Agradecido estoy de Pascualina que es la única que me hace viajar a la Tierra de Nunca Jamás y seguro que una de las personas que más extraño cada vez que vuelvo aquí a a la vida Real. Este es un pequeño espacio para ti mi amiga, mi compañera, un espacio escrito como tal vez tu lo hubieras relatado, un espacio para mostrarte cuanto te aprecio y cuanto te extraño los días que no te veo. Un abrazo y un fuerte apretón de entretenimiento. Tu amigo y compañero. Peter Pan