viernes, enero 14, 2005

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Son diez para las dos de la mañana, y estoy aquí, pensando en por que sucedió, o que lo gatilló. Me llamó y hablamos extendido casi una hora. Bueno... “hablamos”. Nuestras conversaciones son especiales, generalmente el que habla soy yo y Ella queda al otro lado del auricular escuchando todas las pavadas que tenga que decir. Esta no fue la excepción. Ella me dijo que no daba más con la relación que teníamos, y yo comencé a señalarle las razones por las cuales nunca la olvidaría. Es la tercera vez que “terminamos” en casi dos años. Estoy destrozado. Mis piernas y mi tronco se postran en la comodidad de mi cama. Si alguien gritara en este momento por mi auxilio, no tendría las fuerzas de levantarme aunque quisiera.
Dos años sin pensar en otra mujer que no sea Ella. Es increíble lo que un hombre puede llegar a hacer por el amor de una mujer. Me ridiculice, me arrastre cuanto pude, solo para que Ella se quedara a mi lado. Al parecer no lo logré, dice que es su familia la que no la deja tranquila, o algo por el estilo. En verdad no entiendo bien las razones, ya que Ella nunca pudo dejar una idea clara sobre lo que quería. Pero bueno, es la mujer de mi vida, yo solo quiero estar con Ella, por eso luché, y por eso... no se si seguir luchando.
Uno no es perfecto, también tiene un poco de culpa, eso es lógico. Si ustedes lograran entrar en mi cabeza por unos minutos, saldrían de ella más loco que yo. Todo es un problema; que si salía con alguien, que si estaba con alguien, que si la pasaba mejor que yo. Todo era motivo para alguna escena de celos. Siempre pienso que esos son los motivos por los cuales terminamos, pero Ella nunca me lo quiso decir así.
Desde que la conozco, que digo que Ella es la mujer perfecta para mi. Solo pocos escucharon esa frase de mis labios, ya que no era la idea que se enterara. La conozco hace más de 5 años, fue un encuentro casual (como diría cualquier canción). Cuando la vi nunca pensé que hablaría con Ella. Era mucho menor que yo y parecía no tener lengua.
Recuerdo lo primero que le dije:
-Disculpa, Me acercai el poleron...
Ella sin omitir palabra alguna lanzó a Nicanor hacía mis brazos (Nicanor es el poleron que en el futuro adquirió cierto protagonismo en nuestra relación).
No me llamó mucho la atención entonces, no era tan interesante como para sentarse a conversar. Digo, a alguien que le cuesta saludarte con un gentil “Hola”, nunca será lo suficientemente interesante... Mi error.
Ahí fue cuando, no se como, con esto de la tecnología de las comunicaciones, llegó a la pantalla de mi computador su nombre. Internet, es un factor importantísimo en nuestra relación, ya que si no fuera por este, jamás hubiéramos conversado. Fue aquí donde comencé a conocer lo extraño de este personaje, la cantidad de problemas que pueden existir en una mente tan pequeña, comparado con una época de mi vida en el cual todo era perfecto, y nada merecía más de cinco minutos de reflexión en mi cabeza. Ella en cambio, analizaba todo, reflexionaba de todo, y lo peor, todo le dolía mucho. Nunca me dijo ser infeliz, por que era obvio que no era así. Pero aún así algo le faltaba según Ella, algo que no sabía que era. En fin, yo era muy poco aproblemado en ese entonces, y la chiquilla me simpatizó... ... ... Todo comenzó ahí.
Ella no vivía al lado de mi casa, de hecho vivíamos bastante lejos. No se que hubiera sido de nosotros si nos hubiera tocado ser vecinos. El aburrimiento y monotonía inundaría nuestras vidas, y jamás hubiéramos llegado al cariño que hoy nos tenemos... tuvimos... tendremos... lo que sea. Bueno, como las distancias nos jugaron chueco, nos ingeniábamos las formas de afiatar nuestra amistad. Fiesta o visita que se presentara cerca de su casa, yo partía para allá. Ida al cine o al Mall, Ella me invitaba. En ese tiempo, la vi más a ella y a su grupo de amigos, que a mis amigos del colegio. De aquí saque amistades poderosas y amores eternos, fue gracias a este periodo de mi vida que ahora tengo la personalidad que me caracteriza.
También, yo era muy enamoradizo a esa edad, todas la mujeres eran bellas y con todas quería estar. Era un enamorado del amor y de la relación en pareja, pero nunca me fue muy bien en ellas. Tuve bastantes relaciones amorosas, pero jamás se me pasó por la cabeza involucrarme con Ella, era mi única amiga mujer, la quería así.
Para mi las relaciones no eran esas donde disfrutas de tu pareja conversando, jugando, riendo. Sino era estar con alguien para hacer Cosas de Pololos, por eso nunca pensé en Ella como pareja. Lo pasábamos muy bien juntos como para perder el tiempo dándonos un beso o cosas así. Pero aún así, lo que me preocupaba más en ese entonces, era llegar de sorpresa a su casa para ver sus mejillas apretarse al abrir una gran sonrisa, prefería eso a ir y conocer a los padres de mis propias pololas.
Hubo un tiempo que no nos veíamos mucho, en realidad, casi nada. Yo comencé un pololeo en la universidad, y creo saber que ella tenía otro por su lado. En una oportunidad, debo admitir que dejé cuasi plantada a mi polola por ir a verla. Salió algo cerca de su casa, y como ya había visto a mi pareja, no vi problema alguno en que fuera a ver a esta vieja amiga desaparecida. Me encantaba verla sonreír cada vez que me veía llegar, me hacía sentir como... no se... un todo poderoso.
Que curioso, repaso mis pensamientos y cualquiera imaginaría que lo estoy acomodando cosa que se vea lo más romántico posible. Pero los hechos acontecieron de esta manera, era realmente esta la relación que teníamos.
En fin, opto por descansar mejor, ya son casi las cuatro de la mañana, y tengo mucho que pensar... olvidar... recordar.. como sea!.